Isaías 49:8-18
EN LA PALMA DE SU MANO
“Yo te llevo grabada en mis manos, siempre tengo presentes tus murallas”.Isaías 49:16
Cuando las cosas en la vida se hacen difíciles de manejar podríamos pensar que Dios se ha olvidado de nosotros. Quizá hayas pasado o estés pasando por un sentimiento de abandono que te produce dolor en el alma. Parece que nadie puede entender tu dolor, ni siquiera Dios. Las expectativas que tenías se han frustrado, tus sueños se han evaporado, las cuentas por pagar se acumularon y no parece haber un propósito, una razón para seguir viviendo.
De vez en cuando experimentamos este tipo de sentimientos. También los hijos de Dios lo vivieron. La experiencia del exilio les produjo una sensación de soledad y abandono. Sentían que estaban en un desierto. Siendo muy amados por Dios, eligieron vivir en sus propios caminos, ajenos al pacto que Dios había establecido con ellos. Ahora, las consecuencias de su mala decisión les parecían muy duras. Ellos decían: “El Señor nos ha abandonado, Dios nos ha olvidado”.
Pero Dios no los había olvidado. Y tampoco se olvidará de ti. Él hizo cada parte de tu cuerpo y te conoció antes de que nacieras. Trazó un plan maravilloso para tu vida. Tú puedes conocer este camino buscando a Dios, dejando que Él guíe tus pasos. En la Biblia, la carta de amor que te ha dejado, dice: “Nunca te dejaré ni te abandonaré” (Hebreos 13:5). Alaba hoy la fidelidad de Dios.
Muchas gracias, Padre, porque, aunque muchas veces me he alejado de tu lado, Tú permaneces siempre fiel. En el nombre de Jesús, amén.