26 de enero del 2023
Génesis 37:1-36
TRATE A TODOS POR IGUAL
“Una vez José tuvo un sueño, y se lo contó a sus hermanos; pero ellos lo odiaron más todavía”.Génesis 37:5
Indiscutiblemente los hijos son únicos. Pueden tener el mismo color de cabello, de piel y hasta el mismo tono de voz, pero en su configuración total, hay comportamientos que los distinguen. También los hermanos pueden comprobar esto en sus relaciones del día a día. No nos extraña, pues Dios ha querido hacer de forma especial a cada uno. Así los padres aprecian a sus hijos como únicos e irremplazables. Jacob tenía 12 hijos varones y una hija a los cuales debía amar sin hacer distinciones. Sin embargo, repitió la historia de sus padres. Canalizó su amor hacia José, su hijo de 17 años, a quien sus hermanos apodaban el soñador. ¿Cómo cree que se sentían sus hermanos? Ellos se sentían celosos y eso los impulsó a atentar contra la vida de José a expensas del sufrimiento de su padre. Llegó el día en que encontraron la forma de deshacerse de José y lo vendieron por 20 monedas de plata a una caravana de mercaderes ismaelitas. Eso esperaban que terminara con los sueños de José, sin imaginar que en el futuro para ellos se convertiría en una pesadilla. Los creyentes en Cristo formamos también una familia espiritual. Las relaciones que entablamos también corren el riesgo de caer en envidias, rivalidades y preferencias. ¿El remedio? Vivan “todos en armonía, unidos por un mismo amor, por un mismo espíritu y por un mismo propósito” (Fil. 2:2). Cristo es nuestro modelo.
Dios de amor, ayúdanos a construir relaciones armoniosas en nuestras familias, y que juntos vivamos en tus propósitos. En Jesús, Amén.
Un nuevo año comienza y, después dos años aciagos, tenemos la esperanza de que éste será mejor. Pero no siempre sucede así. No sabemos que giros dará la política internacional. No sabemos en que terminará la crisis inflacionaria. Pero hay algo que sí sabemos: “A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien”. Esta es una lección recurrente para el pueblo de Dios. La historia que leemos en el libro de Génesis resuena con ese mensaje. Allí vemos como un mundo perfecto, dio lugar al pecado, la violencia, las relaciones rotas, en fin, a la experiencia de vivir en un mundo caído. Pero es alentador ver la manera en que aun en familias imper- fectas, Dios fue dirigiendo sus vidas para cumplir sus propósitos. Y el libro termina con la historia de un personaje que testifica de la manera que Dios actúa en medio de nuestros peores actos. Así que, ánimo. Dios no ha terminado con nosotros. Y si él es con nosotros, podemos esperar cosas buenas aun en medio de circunstancias adversas.
Salomón Medina
Salvadoreño, ha contribuido al desarrollo holístico de ministerios desde la niñez, adolescencia, juventud, personas con discapacidad, sobrevivientes de la guerra civil y personas en comunidades de alto riesgo, además coordina actualmente el proyecto “Alternativas a la violencia”