Génesis 33:1-17
DE LA SEPARACIÓN AL REENCUENTRO
“Pues verte en persona es como ver a Dios mismo,ya que tú me has recibido muy bien”.Génesis 33:10
Cada vez que vemos a alguien de la familia, después de no poder
hacerlo por largo tiempo, sentimos una gran emoción. Aun en este
tiempo que contamos con dispositivos que nos mantienen conectados
con ellos, no hay nada como un abrazo o un apretón de manos.
Pero cuando lo que nos separa no es la distancia sino el distanciamiento,
no es de extrañar que el temor y la incertidumbre nos embarguen.
Jacob estaba a punto de encontrarse con su hermano Esaú después
de más de veinte años sin verse. Él no estaba seguro si su hermano
había logrado superar sus antiguos rencores hacia él. Al saber que
Esaú venía con todo un ejército, Jacob separó a su familia en dos
grupos, para que así, en caso de un ataque uno de los grupos sobreviviera.
Cuando Jacob vio a su hermano se adelantó y se inclinó siete
veces cerca de Esaú. Y entonces ocurrió algo increíble: Esaú corrió
hacia él, le echó los brazos, lo abrazó y lo besó, y ambos lloraron.
¡Dios les dio un nuevo comienzo a estos hermanos! Atrás quedaban
las rencillas, la amargura, y el temor.
Esta es una gran enseñanza para quienes han perdido la esperanza
de reconciliación. No hay conflicto tan grande que, en Jesús, el
Príncipe de la paz, no pueda resolverse. Pídele que Él guíe tus pasos
hacia la reconciliación y a experimentar el gozo de las relaciones
transformadas.
Señor, danos madurez para amar, perdonar y reconciliarnos con aquellos que hemos tenido problemas. Que tu Espíritu nos guíe.En Jesús, Amén.