24 de enero del 2023
Génesis 32:23-32
CAMBIO DE VIDA
“He visto a Dios cara a cara, y sin embargo todavía estoy vivo”.Génesis 32:31
El cambio de vida no ocurre de la noche a la mañana. Por lo general, es un proceso lento, en el que Dios pacientemente va formando en nosotros la semejanza a su Hijo Jesucristo. No se desespere si no ve cambios significativos durante algún tiempo. Los cambios mayores generalmente ocurren en el interior, en nuestras motivaciones que son la raíz de nuestro comportamiento. El cambio de vida no es un proyecto personal, más bien es un proyecto de Dios en y con sus hijos. Mientras Jacob intentó el cambio por cuenta propia, sus antiguas rencillas con su hermano Esaú seguían sin resolver. Cuando tuvo que viajar de regreso a su tierra, él diseñó una estrategia que no difería a la de otras ocasiones, pero Dios tenía algo mejor para él. Encontrarse con Dios fue el momento propicio para que su vida diera un giro de 180 grados. Fue después de luchar toda la noche, que el varón le preguntó su nombre y él dijo: Jacob –el que toma del talón. Entonces, el hombre le cambió el nombre a Israel –el que lucha con Dios. Jacob dejó su vida de suplantador para ser amigo de Dios. Su encuentro con Dios cambió su vida y también las condiciones para su encuentro con su hermano. Usted no necesita luchar con Dios para comenzar ese cambio. Ya Cristo ha luchado por usted con el enemigo de nuestras almas, y nos ha provisto de su Espíritu para ser santificados.
¡Buscamos tu rostro amado Señor!, para ser transformados a la imagen de tu Hijo Jesús, en cuyo nombre oramos. Amén.
Un nuevo año comienza y, después dos años aciagos, tenemos la esperanza de que éste será mejor. Pero no siempre sucede así. No sabemos que giros dará la política internacional. No sabemos en que terminará la crisis inflacionaria. Pero hay algo que sí sabemos: “A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien”. Esta es una lección recurrente para el pueblo de Dios. La historia que leemos en el libro de Génesis resuena con ese mensaje. Allí vemos como un mundo perfecto, dio lugar al pecado, la violencia, las relaciones rotas, en fin, a la experiencia de vivir en un mundo caído. Pero es alentador ver la manera en que aun en familias imper- fectas, Dios fue dirigiendo sus vidas para cumplir sus propósitos. Y el libro termina con la historia de un personaje que testifica de la manera que Dios actúa en medio de nuestros peores actos. Así que, ánimo. Dios no ha terminado con nosotros. Y si él es con nosotros, podemos esperar cosas buenas aun en medio de circunstancias adversas.
Salomón Medina
Salvadoreño, ha contribuido al desarrollo holístico de ministerios desde la niñez, adolescencia, juventud, personas con discapacidad, sobrevivientes de la guerra civil y personas en comunidades de alto riesgo, además coordina actualmente el proyecto “Alternativas a la violencia”