23 de enero del 2023
Génesis 29:1-14
A PRIMERA VISTA
“Mire usted, aquí viene su hija Raquel con sus ovejas”. Génesis 29:6
“Papá, ¿es verdad que en muchos países de África un hombre no conoce a su mujer hasta que se casa?”, pregunta un jovencito curioso. “Eso sucede en todos lados, hijo”, responde el padre con su amplia experiencia. Me pregunto por qué hay muchas personas que tienen una mala opinión del matrimonio. A veces en lugar de bendición, lo ven como una maldición. En el caso de Jacob, el propósito de su largo viaje era el de encontrar esposa entre su parentela. Su hermano Esaú había tomado la decisión de casarse con una mujer pagana, y sus padres no quisieron correr ese mismo riesgo con él. Pero ¿cómo encontrar siquiera a su familia en tierras desconocidas cuando nunca había salido de su región? Muy sencillo: Dios le había prometido que estaría con él, y que el matrimonio formaba parte de sus planes para su vida para dar lugar a la descendencia elegida. Los creyentes en Dios podemos confiar en que, si buscamos su dirección, él nos dará el discernimiento para elegir sabiamente. En el caso de Jacob, no es sorpresa que Dios lo haya llevado directamente hasta Raquel, su prima, la mujer de quien se enamoró profundamente, y por quien estuvo dispuesto a trabajar hasta catorce años. A los catorce años, ya algunos adolescentes quieren tener novia sin trabajar. Necesitamos adoptar principios bíblicos para la familia, y en todas las áreas de la vida.
Padre, gracias por tu dirección sabia. Confío en que tú tienes los mejores planes para mi vida. En Cristo, amén.
Un nuevo año comienza y, después dos años aciagos, tenemos la esperanza de que éste será mejor. Pero no siempre sucede así. No sabemos que giros dará la política internacional. No sabemos en que terminará la crisis inflacionaria. Pero hay algo que sí sabemos: “A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien”. Esta es una lección recurrente para el pueblo de Dios. La historia que leemos en el libro de Génesis resuena con ese mensaje. Allí vemos como un mundo perfecto, dio lugar al pecado, la violencia, las relaciones rotas, en fin, a la experiencia de vivir en un mundo caído. Pero es alentador ver la manera en que aun en familias imper- fectas, Dios fue dirigiendo sus vidas para cumplir sus propósitos. Y el libro termina con la historia de un personaje que testifica de la manera que Dios actúa en medio de nuestros peores actos. Así que, ánimo. Dios no ha terminado con nosotros. Y si él es con nosotros, podemos esperar cosas buenas aun en medio de circunstancias adversas.
Salomón Medina
Salvadoreño, ha contribuido al desarrollo holístico de ministerios desde la niñez, adolescencia, juventud, personas con discapacidad, sobrevivientes de la guerra civil y personas en comunidades de alto riesgo, además coordina actualmente el proyecto “Alternativas a la violencia”