22 de enero del 2023
Génesis 28:10-22
LUZ EN LA CONFUSIÓN
“Yo estoy contigo… No voy a abandonarte sin cumplir lo que te he prometido”. Génesis 28:15
“Amé a Jacob y aborrecí a Esaú”, dice la Escritura (Rom. 9:13). La historia de estos dos hermanos sirve para ilustrar uno de los misterios más profundos de las Escrituras: la elección divina. Cuando una señora escuchó un sermón acerca de este pasaje, le dijo al predicador que no podía entender cómo Dios podía haber aborrecido a Esaú. El predicador le contestó que lo que él no entendía es cómo podía Dios amar a Jacob siendo éste un tramposo. Nosotros podemos confundirnos también. ¿No le da la sensación de que al final parece que Rebeca y Jacob se han salido con la suya? Tal vez podemos verlos de otra forma. Quizá, aunque en una forma rudimentaria y, a veces hasta desconsiderada, ellos sí apreciaban la bendición y el legado de Abraham. Y esto sale a relucir en el encuentro que Dios tiene con Jacob mientras éste se aleja de la tierra prometida. Esta decisión parece dar al traste con las promesas hechas a Abraham, pero Dios no permitirá que sus planes sean estropeados. En el camino se quedó en un lugar llamado Luz y allí tuvo su encuentro con Dios. “Yo estoy contigo; voy a cuidarte por dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No voy a abandonarte sin cumplir lo que te he prometido” (Gén.28:15). Este fue el encuentro que cambió el temor de Jacob en confianza y su incertidumbre en certeza. Dios estaba con él, y eso era suficiente.
Señor, danos tu luz cada vez que realicemos nuevas tareas y responsabilidades. En Jesús, Amén.
Un nuevo año comienza y, después dos años aciagos, tenemos la esperanza de que éste será mejor. Pero no siempre sucede así. No sabemos que giros dará la política internacional. No sabemos en que terminará la crisis inflacionaria. Pero hay algo que sí sabemos: “A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien”. Esta es una lección recurrente para el pueblo de Dios. La historia que leemos en el libro de Génesis resuena con ese mensaje. Allí vemos como un mundo perfecto, dio lugar al pecado, la violencia, las relaciones rotas, en fin, a la experiencia de vivir en un mundo caído. Pero es alentador ver la manera en que aun en familias imper- fectas, Dios fue dirigiendo sus vidas para cumplir sus propósitos. Y el libro termina con la historia de un personaje que testifica de la manera que Dios actúa en medio de nuestros peores actos. Así que, ánimo. Dios no ha terminado con nosotros. Y si él es con nosotros, podemos esperar cosas buenas aun en medio de circunstancias adversas.
Salomón Medina
Salvadoreño, ha contribuido al desarrollo holístico de ministerios desde la niñez, adolescencia, juventud, personas con discapacidad, sobrevivientes de la guerra civil y personas en comunidades de alto riesgo, además coordina actualmente el proyecto “Alternativas a la violencia”