Génesis 38:1-30
EL QUE ESTÉ LIBRE DE PIEDRAS
“—Tamar, la nuera de usted, se ha acostado con otros hombres, y…ha quedado embarazada. —¡Sáquenla y quémenla! —gritó Judá”.Génesis 38:26
Era un escándalo tremendo en la comunidad. Una mujer, viuda de mucho tiempo, queda embarazada y la noticia no tarda en llegar a la familia de su fallecido esposo. Su suegro, que solo vive con el hijo que le queda, recibe la noticia con indignación. Él es quien tiene que dar el veredicto, y su juicio es implacable: “¡Sacadla y sea quemada!”
Ni siquiera se detuvo a ver las circunstancias, a preguntar los motivos, a averiguar cómo se encontraba su nuera. Mucho menos se acercó a la casa. La orden la dio por mensaje de texto. Lo que no sabe es que él es el padre de la criatura. Meses atrás, su nuera, al sentirse traicionada por su suegro, se vistió de prostituta para atraparlo. Y al final, aquel hombre tiene que reconocer que ella no tenía la culpa.
Pero con todo lo grotesco de este incidente, en la Biblia ocupa un lugar especial porque muestra el alcance tan amplio de la gracia de Dios. Esto puede verse en el hecho de que este momento le dio un giro a la vida de Judá. Pero, sobre todo, nos muestra la importancia de Tamar en la historia de la salvación. Ella no solo es la abuela del Mesías por accidente. Al contrario, ella valoraba la pertenencia al pueblo de Dios más que los propios hijos de Jacob. Ella sabía el valor de esta familia en los planes de Dios, y por eso, hizo todo lo posible por perpetuar este linaje escogido.
Bendito Dios, ¿qué haríamos sin el poder de tu gracia sanadora? Te alabamos porque tú nos ofreces esperanza donde no parece haberla. En Jesús, amén.