2 Corintios 4:1-15
GRATITUD DESBORDANTE
“Todo esto ha sucedido para bien de ustedes, para que, recibiendo muchos la gracia de Dios, muchos sean también los que le den gracias, para la gloria de Dios”. Lucas 15:20
Desde que somos niños pequeños, se nos anima a ser fuertes. A veces, como adultos, incluso les pedimos a los niños y niñas pequeños que nos muestren sus músculos. Luego decimos “ooh” y “ah” por lo grandes y resistentes que son. A los propios niños les gusta mostrarnos cómo pueden levantar también algún objeto “pesado”.
Sin embargo, la buena noticia de Dios es que está bien ser débil. La Biblia enseña que el poder de Dios se revela en nuestras vidas a través de nuestras debilidades. Pablo nos describe como vasos de barro frágiles que contienen el tesoro del mensaje salvador de Dios. Una forma de verlo es imaginar que a través de las debilitadas grietas de nuestras vidas (nuestras vasijas) la luz en nosotros brilla hacia los demás. Es en nuestros puntos débiles en donde el poder de Dios se puede ver más claramente. Y conocer nuestra propia necesidad de la gracia y el poder de Dios nos permite a ayudar a otros a entender las buenas nuevas de Dios.
¿Cómo es el agradecimiento desbordante que da gloria a Dios? Se parece a la humildad. Tiene que ver con demostrar bondad, paciencia y misericordia hacia nuestro prójimo en su debilidad y confiar en el maravilloso poder de Dios para hacer nuevas todas las cosas. Que Dios sea glorificado por nuestra desbordante acción de gracias hoy.
Señor Dios, te damos gloria por tu poder que se perfecciona en nuestra debilidad. Que nuestra gratitud hoy demuestre tu gracia a los demás. En el nombre de Jesús, Amén.