Filipenses 4:4-7
ORACIONES DE GRATITUD
“No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también”.
Filipenses 4:6
La oración debería producir en nosotros una actitud de asombro. Imagínense, darse cuenta que el Dios que creó y sostiene este mundo también nos escucha cuando oramos. ¡Qué maravilloso es saber que el Dios soberano se preocupa profundamente por nuestras vidas!
La oración también nos orienta. Cuando llevamos a Dios nuestros pensamientos, alabanzas, peticiones, lamentos y gratitud, nos hace dirigirnos a la realidad. De esa forma reconocemos que Dios es el Creador y nosotros sus criaturas. Dios reina sobre todo, y dependemos completamente de él. Somos débiles, pero él es fuerte. Dios es el dador, y nosotros somos los receptores.
Unos misioneros se encontraban sirviendo en Mozambique. Una llamada telefónica en medio de la noche les ayudó a que esta verdad quedara impresa en sus corazones. En los Estados Unidos, la hermana de la esposa había dado a luz gemelos prematuros y la situación era crítica. Los misioneros se sentían abrumados por sentimientos de impotencia que no habían experimentado antes, y entonces entendieron cuán dependientes somos de Dios. Aunque no podían estar físicamente para ayudar en esta situación, sí podían abrir su corazón al Dios todopoderoso que escucha. Así que, en tiempos de angustia, saber que Dios se preocupa y quiere llevar nuestras cargas de tristeza y dolor nos da una razón para dar gracias.
Gracias, Dios, por escucharnos con amor. Ayúdanos a desear estar en contacto contigo el mayor tiempo posible. En el nombre de Jesús, Amén.