15 de agosto del 2022
Romanos 3:21-31
LA JUSTICIA SE REVELA EN EL EVANGELIO
“Por medio de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen”.
Romanos 3:22
El mensaje del evangelio proclama a Cristo, y a éste crucificado. La cruz es el centro del evangelio. La muerte de Cristo en nuestro lugar está en el corazón de toda revelación bíblica. Cristo no fue a la cruz porque sucumbió ante el poder religioso y político de su época. No fue a la cruz como mártir de una causa. No fue a la cruz para hacer posible nuestra salvación, sino para consumar nuestra salvación. Murió en nuestro lugar. Murió por su iglesia, por sus ovejas, por su esposa.
Su muerte fue vicaria, porque tomó sobre sí mismo, en el madero, todos nuestros pecados. “fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz,
por sus heridas alcanzamos la salud”. (Isaías 53:5) En la cruz, Dios satisface plenamente su justicia y se cumplió toda su ley. Cristo murió por nuestros pecados. Él pagó nuestra deuda.
Todos los que creen en él son justificados. Ya no pesa sobre ellos ninguna condenación, porque la justicia de Dios pagó su deuda. La cruz es la máxima demostración del amor de Dios por los pecadores al dar a su Hijo por ellos, y la máxima manifestación de la justicia de Dios al aceptar el sacrificio de su Hijo por nosotros. En la cruz de Cristo, la justicia y la paz se besaron.
Gracias, Padre, por darme perdón y salud. Gracias Jesucristo por tu gran amor hacia la humanidad. Por Jesús oramos, amén.
Nos complace presentar a nuestros lectores, el devocional Cada día de agosto del 2022. Creemos que es un tiempo propicio para recordar a la iglesia la importancia de la misión. El evangelio son las buenas nuevas del cielo a la tierra, las mejores y más grandiosas noticias de Dios para los hombres. Estamos convencidos de que su corazón arderá con estas sublimes verdades que emanan de la palabra de Dios. Esperamos que sus ojos se abran para contemplar la incomparable grandeza de nuestro glorioso Salvador. Tenemos el ardiente deseo por que tus pies se apresuren y tus labios se abran para anunciar a tiempo y fuera de tiempo, en el poder del Espíritu, este mensaje que convence y salva al pecador. Lea y medite en cada mensaje. Absorba con vivo interés esta palabra de vida. Proclame con un sentido de urgencia el poderoso evangelio, el evangelio de nuestra salvación. No apagues la voz. ¡Predica este evangelio aquí, allá y más allá!
Hernandes Dias Lopes
Hernandes Dias Lopes está casado con Udemilta y viven en Sao Paulo Brasil en compañía de sus dos hijos. El pastor Hernandes Viaja alrededor del mundo para predicar y enseñar la Biblia.