Romanos 1:16-17
NO ME AVERGONZO DEL EVANGELIO
“No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación…” Romanos 1:16
Hay tres grupos muy distintos en el mundo. El primero está formado por aquellos que son una vergüenza para el evangelio. Mucha gente vive escandalosamente, burlándose de la justicia, burlándose de la verdad y promoviendo la maldad. Estos son la vergüenza del evangelio, piedra de tropiezo y escándalo. El segundo grupo está formado por aquellos que se avergüenzan del evangelio. Estos están más preocupados por ser aplaudidos por el mundo que por ser aprobados por Dios. Como quieren ser amigos del mundo, se hacen enemigos de Dios.
El tercer grupo está formado por aquellos que no se avergüenzan del evangelio, sino que están dispuestos a dar su vida por el evangelio. Aun predicando a Cristo, y este crucificado, aun sufriendo amarga persecución a causa del evangelio, Pablo no se avergüenza de él, porque el evangelio es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree.
El evangelio es el poder de Dios no para destruir a los pecadores sino para salvarlos. El evangelio es el poder de Dios para salvar a todos los que creen y solo a los que creen. En el evangelio se revela la justicia de Dios, porque el evangelio habla de la muerte del justo por el injusto, para que los injustos sean declarados justos ante el tribunal de Dios. El evangelio es el mensaje de que Cristo murió por nuestros pecados y por su muerte tenemos vida.
Ayúdame, Señor, a no ser una vergüenza, ni avergonzarme del evangelio. Dame convicción y poder para proclamar tu nombre. Por Jesús rogamos, amén.