Malaquías 1 :6-14
TENGA CUIDADO CON SU OFRENDA
“¡Maldito sea el tramposo que me promete un animal sano de su rebaño y luego me sacrifica uno que tiene defecto!”
Malaquías 1:14
A lo largo de los tiempos, el hombre siempre ha diseñado numerosas formas de intentar agradar a Dios. Pero Dios nos indica cuál es la clave para lograrlo: “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Heb 11:6). La fe debe ser el fundamento de la vida cristiana.
¿Cómo debemos entender los sacrificios que Dios demandaba en el Antiguo Testamento? De acuerdo a la ley de Moisés, los sacrificios de animales tenían distinta función: para el perdón de los pecados, la gratitud, la purificación, etc. Al representar el derramamiento de la sangre de Cristo por nuestros pecados, estos sacrificios tenían valor solo cuando el que los presentaba lo hacía con fe.
Pero no siempre sucedía así. Aunque la ley estipulaba que se presentara un cordero sin defecto, como ofrenda por la culpa, hubo quienes se quisieron pasar de listos. Intentaron engañar a Dios presentando animales ciegos, lisiados o enfermos para el sacrificio. Y esto, obviamente, no fue del agrado de Dios. En nuestro caso, como creyentes del nuevo pacto, en el que los sacrificios han sido abolidos, Dios nos llama a presentar nuestros cuerpos, en un “sacrificio vivo, santo, agradable a Dios”. Entreguémosle, pues, todo nuestro ser al Señor, en respuesta al sacrificio de su amado Hijo.
Padre celestial, queremos ofrecerte a ti nuestras vidas. Que este sacrificio llegue a ti como un aroma agradable.
Por Jesús, amén.