Deuteronomio 17:14-20
EL TIPO CORRECTO DE REY
“Siempre deberá tener [esta ley]… y leerla todos los
días de su vida…”
Deuteronomio 17:19
De vez en cuando, un alto funcionario es noticia por abusar del poder. Los altos puestos de liderazgo se prestan para practicar el egoísmo y la corrupción. El corazón humano es pecaminoso. Es por eso por lo que las empresas, el gobierno y la iglesia establecen controles y equilibrios.
Eventualmente, Israel necesitó reyes porque la vida en la tierra prometida se volvió caótica: “En aquella época aún no había rey en Israel, cada cual hacia lo que le daba la gana” (Jueces 21:25). Como pueblo especial de Dios, Israel necesitaba un rey especial, no alguien como el que tenían las naciones vecinas. El deleite del rey de Israel sería la ley del Señor. La meditación diaria, lo haría como un árbol plantado junto a corrientes de agua, cuyas hojas no se marchitan (Salmo 1). Era necesaria una disciplina especial para ser un buen rey en Israel. No fue fácil. Y muchos fracasaron miserablemente.
Sin un buen liderazgo, estamos propensos a gobernar nuestras mentes y cuerpos como mejor nos parezca. La meditación diaria sobre la ley del Señor mantendrá nuestros ojos en el camino de la justicia. Aun así, “todas nuestras buenas obras son como un trapo sucio” (Isaías 64:6). Debido a que no somos mejores para gobernar nuestras vidas que el pueblo de Israel, demos gracias por el Espíritu, que nos guía a vivir por la justicia de Cristo (Romanos 8: 9-17).
Padre Celestial, gobierna por tu Palabra y Tu Espíritu, para que podamos florecer como árboles plantados junto a corrientes de agua viva. En el nombre de Jesús oramos, amén.