Salmo 127:1-5
SI EL SEÑOR NO EDIFICA…
“Si el Señor no construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores…”
Salmo 127:1
En su mejor momento, el campeón de boxeo de peso pesado Mohamed Alí se hizo bastante conocido por decir: “¡Soy el más grande!”. Años más tarde, mientras sufría los efectos del Parkinson, llevó a un visitante a ver sus numerosos trofeos y premios. “No es nada”, dijo, mientras señalaba a sus numerosos reconocimientos.
Alí tenía razón. La vida no es nada a menos que la vivamos con y para el Señor. Ese es el punto que el Salmo 127 destaca cuando dice: “Si el Señor no construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores”. Esto no significa que nos sentemos y esperemos que Dios haga toda la obra. Al comienzo de un nuevo año tenemos que mirar hacia adelante y preguntarnos: “¿Qué me gustaría lograr en este año y cómo lo haré?” Pero si no planificamos con Dios, fracasaremos por completo. Necesitamos un objetivo más alto que ganarnos la vida, o salir adelante, o planificar para nuestra jubilación. Debemos planificar teniendo en mente el propósito de Dios. Como dice Proverbios 19:21 “El hombre hace muchos planes, pero sólo se realiza el propósito divino”.
Dios tiene un plan para nosotros. Estamos llamados a ser constructores del reino, con nuestros dones, en el lugar donde vivimos. Pregúntese ¿Cómo usará sus dones, talentos, recursos e incluso sus limitaciones para ser parte del programa de construcción de Dios?
Gracias, Señor, por invitarnos para ayudar a edificar tu reino. Muéstranos el plan y ayúdenos a construir contigo. En el nombre de Jesús, amén.