Salmo 4:1-8
LA PAZ DE DIOS EN TIEMPOS DE ESTRÉS
“En paz me acostaré y dormiré, porque solo tú, SEÑOR, me harás habitar confiado”.
Salmo 4:8
No es buena noticia que alguien pierda el sueño al comienzo del año. Pero la preocupación y la ansiedad que llevan al insomnio y la intranquilidad no saben de calendarios. Están allí, al acecho, como las moscas, esperando que abramos una puerta. Puede ser ese diagnóstico médico que estamos esperando, o el esposo que ha abandonado el hogar inesperadamente, o las deudas que hemos acumulado durante este tiempo de crisis…y de fiestas. Todos conocemos las noches largas y los sueños cortos.
Este salmo nos ejemplifica la convicción que necesitamos para esos momentos: “En paz me acostaré y dormiré, porque sólo tú, Señor, me haces morar en seguridad”. Todos nosotros necesitamos experimentar la seguridad del Señor, no sólo cuando nos enfrentamos a la muerte, sino también en los desafíos diarios de la vida. David, quien escribió esas palabras, conocía muy bien los peligros que enfrentamos cada día. Él vivió momentos de angustia, y sabía que no había seguridad en la vida o en la muerte sin el Señor.
Tal vez ahora mismo está preocupado por lo que tiene que enfrentar este año. Si es así, acuda al Señor y clame por la seguridad que necesita. Él ha prometido hacernos vivir confiados cuando nos volvemos a él. Es el secreto que David aprendió, y que a usted también lo puede sostener en tiempos difíciles.
Padre, abraza a quienes están pasando por los difíciles desafíos de la vida. Concédeles la seguridad que ofreces en Jesucristo, amén.