Génesis 33:1-7
ARREGLA TU CASA
“Colocó primero a las esclavas con sus hijos, luego a Lía con sus hijos, y por último a Raquel y José”. Génesis 33:2
Esaú y Jacob eran mellizos. Pero esa cercanía no impidió un distanciamiento que duró más de dos décadas, debido a las triquiñuelas de Jacob y la inmadurez de Esaú. Después de haber estado tanto tiempo lejos de su tierra, Jacob regresa con una gran familia, y muchas posesiones. Pero teme a la reacción de su hermano al encontrarse de nuevo. Teme por su vida y la de su familia.
¿Qué hizo Jacob para prepararse para este encuentro? Ordenó su casa. Puso a sus familias en un orden de modo que, si su hermano tuviera malas intenciones, Raquel, la esposa que tanto amaba y su hijo José, tuvieran oportunidad de escapar. Pero no fue necesario. “Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron” (v. 4). ¿No le parece maravillosa la manera en que Dios está obrando a pesar de nuestros temores y angustias?
Cuando se trata de arreglar la casa, no solo se trata de lo material. También tenemos que pedir perdón, perdonar y reconciliar a los miembros de nuestra familia, si fuere necesario, para que las cosas puedan quedar en paz y en armonía el día que partamos de este mundo. Jesús encargó a su madre antes de morir para que no quedara al desamparo y preparó a sus discípulos para su muerte. Nosotros tenemos que prepararnos y preparar a los nuestros para ese día. ¡Cuando Dios quiera que sea!
Padre Celestial, permite que al partir a tu presencia mi casa permanezca en armonía dándote la gloria que mereces. Te lo pido por Jesús, Amén.