24 de noviembre del 2021
Génesis 25:27-34
EL MENOSPRECIO DE LO SAGRADO
“Entonces Esaú dijo: Como puedes ver, me estoy muriendo de hambre, de manera que los derechos de hijo mayor no me sirven de nada”. Génesis 25:32
¿Cree que haya habido una época en la que los padres hayan sido tratados con tanto desdén y menosprecio como en la que estamos viviendo? No hace mucho, los hijos todavía mostraban su respeto al inclinar la cabeza o besar la mano de los padres o abuelos. Pero va más allá de simples hábitos. Se trata de una cultura de dar honor a los padres. “Honra a tu padre y a tu madre” es un mandamiento explícito del Señor, que conlleva una promesa de vida. Pero, por otro lado, no cumplirlo significa quedar expuesto al castigo de Dios.
Este último es el caso del que habla este pasaje. Esaú era el primogénito de Isaac, y este era un privilegio especial dentro del pueblo de Dios. Pero él tuvo en poco esa primogenitura al vendérsela a Jacob por un plato de lentejas. La Palabra de Dios considera este acto como algo detestable, “…ni desprecie lo sagrado; pues esto hizo Esaú, que por una sola comida vendió sus derechos de hijo mayor” (Hebreos 12:16).
El Señor Jesús nos dio ejemplo de obediencia y respeto a su Padre Celestial y a sus padres terrenales. Mientras colgaba en la cruz olvidó por un momento su dolor, y manifestó su preocupación por su madre a quien encargó a uno de los suyos. Cuidemos de nuestros padres, honrémoslos y Dios cumplirá sus promesas en nosotros.
Señor, te pido paciencia y amor para honrar a mis padres. Enséñame a amarlos como tú lo hiciste. En el nombre de Jesús, Amén.
Cuando uno lee el libro de Génesis, difícilmente se hace uno la idea de que está hablando de una familia especial. La mayor parte del libro se ocupa de relatos de desobediencia, traición, corrupción y castigo. Pero no se equivoque. Detrás de la incapacidad humana se encuentra la mano de Dios conduciendo los hilos de la historia. Y al final del libro, el comentario de José a su propia vida es un resumen del libro: “Dios cambió ese mal en bien”. Y es la fidelidad de Dios la que ofrece una esperanza a nuestras familias que se mueven en un entorno no menos contaminado. Él sigue obrando a través de su gracia para llevarnos a Jesucristo, en quien sus promesas se hacen efectivas para sus hijos. Esperamos la lectura de este devocional le dé fuerzas para continuar en la batalla de levantar una generación para Dios.
Román Pérez Aguilar
Es pastor de la iglesia presbiteriana en México. Está casado con Esmeralda y tiene un hijo. Actualmente colabora en el Ministerio Reforma en el programa Vida en familia.