23 de noviembre del 2021
Génesis 25:19-26
HERMANOS EN GUERRA
“Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; “
Génesis 25:22
Jacob y Esaú fueron dos hermanos que desde el vientre de su madre estuvieron en conflicto. Dicen que hay personas incompatibles en la vida y ellos tenían esta característica. Sin embargo, esto no debería ser un factor predominante en nuestra vida, porque Jesús vino al mundo para reconciliarnos a unos con otros.
En las palabras del Dr. Gary Smalley en su libro “El ADN de las Relaciones”: “lo importante en la vida son las relaciones, lo demás son detalles”, y esto es verdad. Después de todo qué es la vida si no hay con quien compartirla. El sabio Salomón dijo: “Mejor son dos que uno, porque si uno cae habrá segundo que lo levante”. En mi experiencia he aprendido que las personas al final de sus días lo único que reconocen como importante es la familia, y a las personas queridas como los amigos o compañeros.
Cuando las personas mueren en un hospital no piden como su última voluntad ver sus autos, o sus casas, sus empresas o posesiones materiales, sino a su conyugue, a sus hijos, o amigos. Jesús vino al mundo para reconciliarnos con Dios y con nuestro prójimo. No podemos vivir peleando. Tenemos que bajar la guardia, de lo contrario al final del día terminaremos solos. La vida es muy corta y el tiempo pasa muy rápido. Dios nos invita a reconciliarnos y a cultivar nuestras sanas relaciones.
Padre Celestial, te agradezco por las personas que me has dado para amar: por mi familia, mis amigos. Ayúdame a valorarlos y dedicarles el tiempo. En Jesús, Amen.
Cuando uno lee el libro de Génesis, difícilmente se hace uno la idea de que está hablando de una familia especial. La mayor parte del libro se ocupa de relatos de desobediencia, traición, corrupción y castigo. Pero no se equivoque. Detrás de la incapacidad humana se encuentra la mano de Dios conduciendo los hilos de la historia. Y al final del libro, el comentario de José a su propia vida es un resumen del libro: “Dios cambió ese mal en bien”. Y es la fidelidad de Dios la que ofrece una esperanza a nuestras familias que se mueven en un entorno no menos contaminado. Él sigue obrando a través de su gracia para llevarnos a Jesucristo, en quien sus promesas se hacen efectivas para sus hijos. Esperamos la lectura de este devocional le dé fuerzas para continuar en la batalla de levantar una generación para Dios.
Román Pérez Aguilar
Es pastor de la iglesia presbiteriana en México. Está casado con Esmeralda y tiene un hijo. Actualmente colabora en el Ministerio Reforma en el programa Vida en familia.