Salmo 25:1-22
DESEMPLEO Y OCIOSIDAD
“Señor, muéstrame tus caminos; guíame por tus senderos; guíame, encamíname en tu verdad, pues tú eres mi Dios y Salvador…”
Salmo 25:4-5
¿Qué comeremos hoy? ¿Cuál carrera estudiar? ¿Cómo incrementar las utilidades de la empresa? ¿Cuándo cambiar de dispositivos electrónicos? Son el tipo de preguntas que nos asaltan cada día y que nos invitan a tomar decisiones. Pero ¿cómo determinar cuál es la mejor decisión?
En economía existe un concepto llamado eficiencia económica que trata sobre el mejor uso de los recursos para alcanzar determinados objetivos de producción. Sin embargo, la vida no solo trata de la producción o consumo de bienes, sino que es multifacética, y esto nos conduce a tomar decisiones de todo tipo: de estilos de vida, salud, educación, familiares, psicológicas, religiosas, políticas, etc. Y en consecuencia toda decisión tiene un costo. De allí la importancia de escoger no solo aquellas opciones que reducen los costos, sino las que mejor reflejan nuestro carácter cristiano y humano.
Por esta causa, Dios, como un Padre amante camina junto a sus hijos para guiarles e iluminarles en las diversas encrucijadas de la vida y, así, tomar las mejores decisiones. La pregunta es ¿cuántas veces al día oras a Dios para pedirle dirección antes de tomar tus decisiones? Así como el salmista, ora al Señor, “encamíname en tu verdad”. Esta es la manera segura de caminar por la vida sin tropezar.
Padre, muchas gracias porque siempre has estado conmigo. Pero, en adelante, quiero buscar tu consejo antes de tomar decisiones y esperar en tu buena voluntad. En Cristo, Jesús, Amén.