Colosenses 2:6-7
ARRAIGADOS
“Por eso, habiendo recibido a Jesucristo como su Señor… con profundas raíces en él…”
Colosenses 2:6-7
Cuando profesé mi fe en Cristo y le entregué mi vida hace casi algunas décadas, usé este pasaje mientras hablaba de lo que el amor de Cristo significaba para mí personalmente. Aunque Pablo no se refiere específicamente a los árboles al escribir a los colosenses, sí toma prestada la imagen de estar arraigado en Cristo, lo cual lleva a vivir una vida edificada, fuerte y rebosante en frutos de gratitud.
La palabra “arraigado” en este versículo es la palabra griega rhizoo, y esta es la palabra raíz de la palabra española “rizoma”: tallo subterráneo horizontal en continuo crecimiento que envía brotes para crecer sobre el suelo. Pero el verbo en griego está escrito en tiempo pasivo, lo que significa que en lugar de poner el énfasis en que el creyente esté arraigado, el énfasis está en cómo estamos siendo arraigados por Cristo y en Cristo, debido a su obra en nosotros. Cuando recibimos a Cristo, él nos afirma, sostiene y establece. Y hará que estemos completamente arraigados en él.
Cambia todo saber que Cristo hará esto en nosotros y por nosotros mientras confiamos en él. Estamos invitados a seguir recibiéndolo y a permitir que su trabajo en nosotros nos edifique continuamente. Ésta es la comunión mutua y profundamente personal que disfrutamos con Cristo: permanecemos en él y él permanece en nosotros.
Gracias, Señor, por darnos tu amor, por invitarnos a habitar en ti y a recibir tu amor para que seamos arraigados y edificados en ti. Amén