Romanos 14:1-13
DIGA NO A LA HIPOCRESÍA
“Por eso, ya no debemos criticarnos unos a otros. Al contrario, propónganse ustedes no hacer nada que sea causa de que su hermano tropiece, o que ponga en peligro su fe”.
Romanos 14:13
Para las personas ajenas a la fe, los cristianos a menudo parecen hipócritas que solo se la pasan condenando a los demás. Nos ven como criticones y santurrones. Y a veces es verdad. A veces nuestro rechazo y burla hacen que Cristo no les parezca atractivo. Condenamos a quienes han vivido bajo la crítica y necesitan de la gracia. Desaprobamos a las personas que han tomado malas decisiones en la vida. Desearíamos que el sentido común fuera un poco más común. Nuestra impaciencia con otros por los que Cristo murió muestra cuánto le necesitamos nosotros también.
A veces nos han herido, y nuestro corazón exige justicia. Queremos hacer justicia por nuestra mano. Parte del perdón implica permitir que sea Dios quien se ocupe de la justicia. Hay mucha gente que puede hacernos daño y por ello Dios ordenó a las autoridades civiles que frenaran el crimen; pero sólo él es el juez.
En la práctica, mirar con desprecio a nuestro prójimo hace difícil que nuestro testimonio sea efectivo. Si los cristianos compartiéramos la verdad de nuestras propias luchas, el mundo podría recibirnos mejor. Admitir nuestro quebranto permitiría que la restauración que Jesús produce brille más. Si nos acercáramos a los demás como pecadores que señalan el camino para ser perdonados, quizá más pecadores seguirían a Cristo. ¿Cómo puede mostrar esa gracia hoy?
Señor, perdónanos por juzgarnos unos a otros. Enséñanos a compartir nuestro quebrantamiento y a señalar a otros el camino hacia Cristo. Amén.