Romanos 11:13-24, 33-36
PARTE DEL ÁRBOL GENEALÓGICO DE DIOS
“… Y en su lugar se le injertó el olivo silvestre, que eres tú…” Romanos 11:17
Todos necesitamos formas tangibles de imaginar lo que Dios está haciendo con nosotros en la historia de la salvación. Este pasaje usa las imágenes de un bosque: árboles, ramas, raíces, savia e injertos, para ayudarnos a comprender los propósitos de Dios. Aunque este capítulo es difícil de interpretar, una lectura básica muestra que Dios está trabajando en injertar ramas silvestres en una planta cultivada, lo cual no es la práctica habitual.
Es típico unir una rama cultivada a la raíz de un árbol silvestre, porque una planta silvestre suele ser más resistente y una rama cultivada generalmente produce más frutos. Pero podemos concluir que, al revertir el proceso, Dios tiene el poder de sostener la raíz débil y las ramas injertadas débiles. Debido a su bondad y misericordia, resultarán en un árbol vibrante y fructífero. Dios no solo incluye personas fuertes y capaces, sino que también muestra preferencia por candidatos débiles e improbables.
Dios incluso irá tan lejos como para volver a injertar una rama rota. No sabemos por qué Dios elige reunir a su pueblo de esta manera, pero para todos los que nos sentimos débiles, discapacitados, abandonados o inadecuados, este pasaje ofrece una profunda esperanza. Dios puede incluirnos y nos incluirá en la gran historia de su amor eterno.
¡Oh Dios, la profundidad de tu sabiduría y amor nos asombra! Gracias por incluirnos amablemente en tu árbol genealógico. ¡A ti sea la gloria por siempre! Amén