25 de septiembre del 2021
Hechos 5:29-39
NUESTRA Lealtad ÚLTIMA
“… Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, el mismo a quien ustedes mataron colgándolo en una cruz”.
Hechos 5:29-30
¿Se imagina aquel sábado después de la crucifixión de Jesús? ¿Cómo habrán pasado ese día los discípulos del Señor, dolidos y acobardados, sin pensar en el significado de la muerte de Jesús por nosotros? Nuestros pecados eran tan graves que, para salvarnos, Jesús tuvo que asumir un sufrimiento tan horrible. ¡Pero ahora miramos hacia adelante con esperanza, porque sabemos que el domingo Jesús resucitó victorioso y conquistó la tumba para que podamos tener vida!
En este pasaje, los apóstoles hablan a las autoridades que los persiguen. Ellos les recuerdan haber dado muerte a Jesús “colgándolo en una cruz”. Estos discípulos se animan a hablar porque tienen la confianza y el poder del Espíritu Santo para hablar la verdad: “De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen”.
Al escuchar eso, las autoridades quisieron dar muerte a los seguidores de Jesús, pero Gamaliel, un maestro sabio, los detiene. Estamos seguros que su consejo proviene de la sabiduría de Dios: “No se metan con ellos. Porque si este asunto es cosa de los hombres, pasará; pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes vencerlos. Tengan cuidado, no se vayan a encontrar luchando contra Dios”. Al mirar hacia la Pascua, recordemos que nada, ni siquiera la muerte, puede oponerse al Señor, que nos ama.
Señor, llénanos de esperanza y confianza en ti siempre. Amén.
Árboles. Probablemente haya alguno que signifique algo importante en su vida. O tal vez en la vida de su país. De cualquier forma, la historia de la humanidad, tal y como la Biblia la cuenta, gira alrededor de muchos árboles que nos ayudan a comprender el carácter y la obra de Dios a lo largo de la historia. Nuestra tragedia comienza con la desobediencia al mandato de Dios de no comer de un árbol. En la consumación, Dios nos reitera su amor y constancia al permitirnos comer del fruto del árbol de la vida. Pero en el centro de toda esa historia, la madera de otro árbol sirvió de instrumento para que Jesús ofreciera su vida por nosotros, y, de ese modo, hacer posible la redención de su pueblo. Espero que los devocionales de este mes que nos hablarán de esos y otros árboles, sirvan de edificación para sus vidas.
Julia Prins Vanderveen
Julia Prins Vanderveen trabaja y vive en Vancouver, con su esposo, Trevor, y sus tres hijos. Julia ha servido junto con Trevor en la Iglesia en su ciudad, y trabaja como maestra de humanidades en una escuela cristiana.