24 de septiembre del 2021
Juan 20:1-18
PENSANDO QUE ERA EL JARDINERO
“…Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo: Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto…” Juan 20:15
Hay ocasiones en las que lo único que necesitamos saber es qué está pasando. En la tumba vacía, María estaba molesta y confundida. Solo necesitaba saber dónde estaba Jesús. Cuando se dio la vuelta y vio a Jesús allí parado, no se dio cuenta de que era él. Ella pensó que era el jardinero.
Me pregunto si quizás Juan vio algo importante en la mención del “cuidador del huerto” y lo incluyó como un recordatorio de que Jesús el Salvador es también el Creador del mundo. Las primeras líneas del evangelio de Juan hablan sobre la creación y cómo Jesús, el Verbo, participó activamente. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas,” (Juan 1:1-3 ; ver Génesis 1:1-3). Y cerca del final de este relato del evangelio, Juan incluye este detalle sobre Jesús como el jardinero en el cementerio, tal vez para mostrar que Jesús, quien estaba con Dios al principio de la creación, ahora está vivo de nuevo y recrea el mundo. Jesús ha resucitado de entre los muertos y está haciendo algo nuevo, cuidando suavemente a cada criatura viviente, trayendo renovación y salud para toda la creación.
Cuando Jesús pronunció el nombre de María, ella supo exactamente quién era, y pronto fue a decirle a los demás: “¡He visto al Señor!”.
Señor y Salvador resucitado, nos llamas por nuestro nombre y nos hablas con consuelo y verdad. Gracias por recrearnos. En tu nombre, Amén.
Árboles. Probablemente haya alguno que signifique algo importante en su vida. O tal vez en la vida de su país. De cualquier forma, la historia de la humanidad, tal y como la Biblia la cuenta, gira alrededor de muchos árboles que nos ayudan a comprender el carácter y la obra de Dios a lo largo de la historia. Nuestra tragedia comienza con la desobediencia al mandato de Dios de no comer de un árbol. En la consumación, Dios nos reitera su amor y constancia al permitirnos comer del fruto del árbol de la vida. Pero en el centro de toda esa historia, la madera de otro árbol sirvió de instrumento para que Jesús ofreciera su vida por nosotros, y, de ese modo, hacer posible la redención de su pueblo. Espero que los devocionales de este mes que nos hablarán de esos y otros árboles, sirvan de edificación para sus vidas.
Julia Prins Vanderveen
Julia Prins Vanderveen trabaja y vive en Vancouver, con su esposo, Trevor, y sus tres hijos. Julia ha servido junto con Trevor en la Iglesia en su ciudad, y trabaja como maestra de humanidades en una escuela cristiana.