12 de junio del 2021
1 Corintios 6:12-20
EL CUERPO IMPORTA
“¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes?” 1 Corintios 6:19
¿Tiene usted cuidado de su cuerpo? Los gimnasios se han vuelto muy populares porque mucha gente desea tener una buena apariencia física. Hay otros que son cuidadosos de su alimentación, aunque lo hacen por razones de salud. Eso de “lo que no mata engorda”, definitivamente no va con ellos. La Biblia nos llama también a poner atención a nuestro cuerpo por razones morales y espirituales.
El cuerpo del creyente es “templo del Espíritu Santo”. Esta afirmación paulina es revolucionaria incluso para muchos creyentes. No pocos cristianos han crecido con la idea errónea de que lo único que a Dios le importa es el alma. Y todavía hay quienes condenan el deporte, o ven las actividades físicas como algo inferior.
De acuerdo a este pasaje, el Espíritu Santo mora en nosotros. Él ha venido con todo y equipaje para quedarse y eso nos debería llevar a glorificarlo con todo lo que tiene que ver con el cuerpo. Él está presente cuando trabajas y cuando descansas. Cuando te diviertes y cuando estudias. Y él no se ausenta cuando hacemos cosas impropias y pecaminosas con nuestro cuerpo, aun cuando se duele y entristece. ¿Se imagina que el templo al cual asiste estuviera lleno de grafitis obscenos y frecuentado por gente que llegara a drogarse? Seguro que no permitiríamos algo así. No permita esto tampoco en su cuerpo.
Espíritu Santo, perdóname porque muchas veces no soy tan cuidadoso con el cuerpo que usas como santuario. En Jesús, amén.?
El camino a la madurez cristiana es una travesía maravillosa. No hay nada que se compare a estar en sintonía con la voluntad de nuestro bondadoso Dios. Su Hijo Jesucristo ha hecho posible el recorrido a través de su muerte en la cruz. Y, por si fuera poco, Dios ha hecho morar su Espíritu en nosotros para guiarnos, fortalecernos y capacitarnos para crecer junto con nuestros hermanos en la fe. Pero tenga cuidado de caer en la tentación de buscar atajos. No se deje seducir por los predicadores que le animan a seguir una meta distinta. La iglesia de Corinto es un ejemplo de los peligros de equi- vocar el camino y la confusión resultante. Gracias a Dios, nuestros errores no tienen la última palabra, y él permitió que el apóstol Pablo atendiera la necesidad pastoral de esta iglesia. De ese modo, la iglesia pudo retomar el camino, y nosotros también podemos hacerlo si nos hemos extraviado.
Huascar de la Cruz
Es casado y tiene cuatro hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como el director del Ministerio Reforma.