04 de mayo del 2021
Mateo 25:1-13
VIGILAR Y ORAR... SIEMPRE
“Manténganse ustedes despiertos, porque
no saben ni el día ni la hora”.
Mateo 25:13
El mundo moderno exige de nosotros una vigilancia constante. Necesitamos estar atentos al llegar o salir de casa, al movernos en un lugar transitado, y hasta cuando algún niño está cerca. Pero también debemos ser vigilantes en nuestra vida espiritual. ¿Cómo está nuestra comunión con el Señor? ¿Llevamos una vida relajada o estamos alertas a los ataques del enemigo? ¿Nos atrae el mundo y sus deseos o nos domina el amor a Dios y a su reino?
Si de identificarnos se trata, Jesús espera que lo hagamos con las “cosas de arriba”. Estamos unidos a Cristo, cobijados por su gracia, y confiados en su poder para sostenernos hasta el fin. Pero nuestra posición en Cristo no es una almohada para dormir. No hay lugar para la pereza o la distracción. “Manténganse ustedes despiertos” dijo el Señor. Y no habla de algo casual sino de un estilo de vida, “porque no saben ni el día ni la hora”.
En el siguiente capítulo el maestro repite la advertencia: “Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles”. Él nos llama a vivir como centinelas que vigilan, oran, exhortan, advierten y proclaman el reino de los cielos. No permitamos que la apatía, la indiferencia y las distracciones desvíen nuestra mirada del Salvador. Estemos siempre con los ojos puestos en Jesús.
Jesús amado, permite que podamos vivir como centinelas, orando, exhortando, advirtiendo y proclamando tu reino. Amén.
Se ha ido ya una quinta parte del siglo XXI y no volverá más. Y, para asombro de todos, la pandemia del Covid-19 ha terminado con millares de vidas. ¿Qué hemos hecho para que la obra de Dios sea conocida en todos los rincones de la tierra? ¿Cómo hemos contribuido para que la Palabra de Dios esté a la disposición de las personas? Entiendo que nuestro día a día esté lleno de tareas, de compromisos que cumplir y cuentas qué pagar... pero ¿qué hemos hecho por la obra de Dios y por la divulgación de su evangelio? Vamos a reflexionar un poco sobre este tema con algunos pasajes que nos ayudarán a responder a esta pregunta: ¿Qué es lo que Dios espera de cada uno de nosotros? Nuestro deseo es que seamos identificados como predicadores del Evangelio de la Salvación, del mensaje de vida por medio de Cristo que un día llegó hasta nosotros
Edison Souza
Periodista y presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas São Paulo, Brasil