06 de febrero del 2021
Salmos 109:1-31
NO AME LA MALDICIÓN
“Amó la maldición, y ésta le sobrevino; y no quiso la bendición, y ella se alejó de él”.Salmos 109:17 (RVR60)
El tema de la bendición y la maldición ha sido materia de estudio a lo largo de los siglos. Hay personas que no solo toleran y practican lo que es maldito, sino que también lo aman. Pecan, no por distracción, sino deliberadamente. No blasfeman por descuido, sino de forma insidiosa. No mienten por debilidad circunstancial como Pedro, sino intencionalmente como Judas. No tropiezan moralmente por una tentación abrupta, sino caminan tranquilamente hacia el abismo, aunque saben que se exponen a la muerte.
Aquellos que aman la maldición y la invocan serán atrapados por ella. Aquellos que la esparcen serán arrastrados por ella. Aquellos que la promueven serán destruidos por ella. El salmista habla de aquel que tocó fondo al punto de rechazar conscientemente la bendición. Esa es una persona que abomina la verdad, detesta la virtud, hace burla de la pureza, escarnece la santidad y es antipática a la luz.
Con ellos no debemos andar. De ellos debemos alejarnos. Su camino es una autopista a la muerte. Sus palabras son redes de esclavitud. Sus acciones acarrean desgracia. Sus pies se dirigen resueltamente hacia el infierno. No ame la maldición. No ande con aquellos cuyos consejos son impíos, cuyos caminos están atestados de pecado y en cuyas ruedas solo se ven escarnios.
Padre celestial, quiero andar en el camino de bendición. Dame la fuerza y los recursos para lograrlo. Por Jesucristo, Amén
Siento gran alegría al presentar a nuestros lectores el Cada día de Febrero del 2021. Este devocional se ocupa del tema más importante de la agenda cristiana: el amor. No es un asunto trivial o secundario, sino la esencia misma del Evangelio. El amor es el mandamiento más grande. Es el cumplimiento de la ley. Es la manifestación plena de la justicia. Sin amor no hay cristianismo, pues quien no ama no conoce a Dios. Quien no ama al prójimo no puede amar a Dios. Aquellos que fueron transformados por el amor de Dios deben expresar este amor dando su vida por sus hermanos y hermanas. Jesús fue categórico al afirmar que debemos amar a nuestros hermanos como él nos amó. Este amor es el argumento irresistible y la evidencia capital de que somos sus discípulos. Lee estos mensajes rogando a Dios que ilumine su corazón y toque su vida, trayendo transformación en las áreas que necesitan ser restauradas por Dios. ¡Oramos por usted!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.