Mateo 5:43-48
AMOR A LOS ENEMIGOS
“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen”
Mateo 5:44
¡Qué desafío es amar a nuestros enemigos! Amar a los que nos aman es quedarnos en el nivel de los escribas y fariseos. Amar a aquellos que nos favorecen es pagar el bien con el bien. Pero, el estándar de Cristo va más allá de lo natural, es trascendental. Es pagar el mal con el bien. Es amar a los enemigos. Es orar por los que nos persiguen.
Amar a los enemigos implica reconocer que la causa de ese amor no está en el objeto amado, sino en la persona que ama. La causa de ese amor no está en las virtudes de las personas amadas, sino en la disposición de aquel que ama. Amar a los enemigos es imitar a aquel que es perfecto, pues Dios demuestra su propio amor por nosotros en el hecho de haber dado a Cristo para morir por nosotros, siendo aún pecadores. Debemos amar a nuestros enemigos con acciones, sacrificialmente, al punto de socorrerlos en tiempos de necesidad. Nuestros enemigos son nuestro prójimo.
Por eso, ellos también deben ser objeto de nuestro cuidado. Ese cuidado debe llevarnos no solo a evitar pagarles el mal que nos hacen, sino también a ponernos en su favor orando por ellos. En vez de vengarnos de ellos se nos anima a orar por ellos. En vez de vengadores somos llamados a ser intercesores. Amor y oración deben ser la respuesta del cristiano a los que se les oponen y los persiguen.
Padre celestial, bendice a aquellos que han actuado en nuestra contra. Ayúdanos a amarlos de corazón y reflejar tu amor. Por Jesucristo, Amén.