12 de febrero del 2021
Juan 3:16-21
AMOR INMENSURABLE
“Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera...” Juan 3:16
Este versículo es llamado con justicia el evangelio en miniatura. Contiene, en suma, las verdades esenciales de la fe cristiana. Nos habla del maravilloso amor de Dios. Ese amor es infinito, inmensurable e incomparable. Dios amó a aquellos que no lo amaban. Buscó a aquellos que preferían darle la espalda. Amó con una medida nunca antes vista. Su amor es eterno, pues precede la creación de la persona amada. Su amor es infinito porque fue hasta las últimas consecuencias para demostrarlo.
Dios nos amó al grado de darnos todo: darnos a su hijo único. Lo dio no para ser honrado entre nosotros, sino para morir por nosotros. Lo dio no porque sabía que lo coronaríamos de honra, sino a pesar de saber que él sería crucificado por manos de inicuos.
El amor de Dios es inmensurable también, por causa de su sublime propósito: librarnos de la condenación y darnos la vida eterna. Librarnos del infierno y darnos el cielo. Librarnos de los tormentos y los horrores eternos y darnos las delicias y las bienaventuranzas eternas. El amor de Dios, que no puede ser descrito exhaustivamente en palabras, fue esculpido visiblemente en la cruz, la cruz de su Hijo. Ese amor exige una respuesta. Muchos lo rechazan por incredulidad para su perdición; otros lo reciben, creyendo en el unigénito hijo de Dios para su salvación.
Gracias, Padre, por darnos la salvación a través del sacrificio de tu hijo, gracias por que podemos ver tu amor en nuestras vidas. Amén.
Siento gran alegría al presentar a nuestros lectores el Cada día de Febrero del 2021. Este devocional se ocupa del tema más importante de la agenda cristiana: el amor. No es un asunto trivial o secundario, sino la esencia misma del Evangelio. El amor es el mandamiento más grande. Es el cumplimiento de la ley. Es la manifestación plena de la justicia. Sin amor no hay cristianismo, pues quien no ama no conoce a Dios. Quien no ama al prójimo no puede amar a Dios. Aquellos que fueron transformados por el amor de Dios deben expresar este amor dando su vida por sus hermanos y hermanas. Jesús fue categórico al afirmar que debemos amar a nuestros hermanos como él nos amó. Este amor es el argumento irresistible y la evidencia capital de que somos sus discípulos. Lee estos mensajes rogando a Dios que ilumine su corazón y toque su vida, trayendo transformación en las áreas que necesitan ser restauradas por Dios. ¡Oramos por usted!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.