15 de enero del 2021
Filipenses 4:4-8
HAGA LA TRISTEZA A UN LADO
“Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense!”
Filipenses 4:4
La tristeza es la porción diaria de muchas personas. Ellas se alimentan de ajenjo, lloran de tristeza y se muestran amargadas con la vida, las personas a su alrededor y hasta con Dios. El texto de hoy nos muestra tres verdades preciosas acerca de la alegría. La primera de ellas es que la alegría es un mandato divino. La alegría aquí no es un sustantivo sino un verbo en imperativo. La orden de Dios es: “Alégrense”. No tenemos el derecho de ser personas tristes. Rendirnos a la tristeza es un pecado de desobediencia a una orden expresa.
La segunda verdad es que la alegría no depende de las circunstancias. Pablo escribe desde una prisión y dice que debemos alegrarnos siempre. Aun si experimentamos tiempos difíciles, debemos alegrarnos. La alegría coexiste con el dolor, sobrevive a las lágrimas, e inunda nuestro ser mismo cuando atravesamos los desiertos más áridos de la vida.
La tercera verdad es que la alegría es cristocéntrica. Pablo dice: “Alégrense siempre en el Señor”. Nuestra alegría no es la presencia de cosas buenas y la ausencia de cosas malas. Nuestra alegría es una persona. Nuestra alegría es Jesús. Cuando Jesús es la razón de nuestra vida, la alegría es la porción desbordante de nuestra alma. ¡Deje, por tanto, la tristeza de lado, y sea feliz!
Gracias, Señor, porque tú eres la porción de mi alma, y la delicia de mi corazón. Amén.
Estamos comenzando el año de 2021. En el año que concluimos tuvimos luchas inmensas, descendimos a valles oscuros, cruzamos desiertos tórridos y atravesamos pantanos peligrosos. Ahora, nos adentramos en los umbrales de un año más, trayendo en el equipaje muchas expectativas y no pocos temores. No se deje vencer por el desánimo. No sucumba al pesimismo. Sepa que Dios está sentado en su trono, tiene las redes de la historia en sus manos y gobierna a las naciones. Al mismo tiempo, ese Dios soberano se preocupa por usted, con sus luchas, sus sueños y sus necesidades. Coloque su carga a sus pies. Descanse en su cuidado, lleno de ternura. Él le ama a usted, trabaja en usted y le conducirá en victoria. Lea cada devocional con el alma sediente, con el corazón abierto a todo cuanto Dios preparó para usted. En la mesa del Padre hay pan en abundancia. En la presencia de Dios hay delicias para siempre. ¡Buena lectura!
Hernandes Dias Lopes
Es casado y tiene dos hijos. Es pastor presbiteriano, conferencista, autor y presentador. Tambien es director del Ministerio en Português “Luz para el Camino”, en Campinas, San Pablo - Brasil.