Santiago 5:7-12
UNA GOTERA CONSTANTE
“Hermanos, no se quejen unos de otros, para que no sean juzgados; pues el Juez está ya a la puerta”.
Santiago 5:9
A veces es difícil no refunfuñar y quejarse de las situaciones difíciles y adversas por las que atravesamos. Nos sentimos como el pueblo de Israel en el desierto: Cuando no era el calor, era la comida o simplemente el hastío. Pero otras veces tendemos a quejarnos por los problemas y conflictos que hay en el mundo. Vivimos en un mundo quebrantado y cada día vemos a nuestro alrededor los resultados del pecado. Anhelamos el reino perfecto de Dios, pero vivimos en un mundo imperfecto. Estamos rodeados de personas quebrantadas, algunas sentadas a nuestra mesa y otras incluso mirándonos al espejo.
Proverbios 19:13 describe a un gruñón como alguien irritante “Como gotera constante es la mujer pendenciera”. Refunfuñar y quejarse son ofensivos al oído. Vivir quejándose nos convierte en personas amargadas con las que no es muy divertido estar. Cuando nos quejamos, insultamos a Dios, amargamos nuestras almas y alejamos a la gente que nos rodea.
Santiago nos insta a ser pacientes en nuestras interacciones con los demás. Ojalá pudiéramos ver con los ojos de Dios, dándonos cuenta de las bendiciones que nos da a nuestro alrededor. Tenemos que aceptar que las personas que nos frustran también pertenecen a Dios. Entonces podremos descubrir que las situaciones que nos molestan son los lugares donde Dios quiere que crezcamos.
Señor, tú conoces nuestra tendencia natural a ver lo peor de las personas. Entrena nuestros ojos para que vean más allá de los desafíos y vean las bendiciones que tienes reservadas para nosotros. En Jesús, Amén.