Génesis 29:15-30
EL IMPOSTOR ES ENGAÑADO
“Jacob… le reclamó a Labán: ¿por qué me has engañado?”.Génesis 29:25

Ya que uno de los motivos para huir a Harán era encontrar una esposa (Génesis 28:2), a Jacob no le tomó mucho tiempo enamorarse. Es bueno aclarar que la poligamia y algunas otras costumbres matrimoniales eran bastante comunes en los días de Jacob. El hecho de que estén incluidos en la Biblia no significa que Dios los apruebe; simplemente significa que Dios puede obrar para redimir los corazones de las personas incluso a través de las realidades culturales existentes. En la noche de su boda, Jacob, el impostor, es engañado. En lugar de Raquel, por quien había trabajado tanto, Labán, su suegro, le da a Lea, su hija mayor. Es una mala jugada, que dañará tanto a sus hijas como a Jacob. Pero el favoritismo de Jacob también pasará factura, preparando el escenario para el resentimiento y la amargura que plagarán a su familia durante mucho tiempo. Es fácil ver la paja en el ojo ajeno. Jacob echa la culpa a Labán, pero él parece pasar por alto el engaño que cometió contra su padre y su hermano. Somos responsables de las formas pecaminosas en que actuamos, y nos parecemos más a Jacob de lo que nos gustaría creer. Nos irritamos cuando otros pecan contra nosotros, pero somos rápidos para justificar nuestro propio mal. ¿Acaso no es alentador saber que Dios siguió trabajando en Jacob, y sigue trabajando en nuestros corazones?

Padre Celestial, es fácil pasar por alto nuestro pecado, y molestarnos cuando otros pecan contra nosotros. Ayúdanos a ver nuestros corazones como tú los ves y a perdonar a los demás como tú nos perdonas. En Cristo, Amén.
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