Entre Amigos: Vol. 5, Episodio 89
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Los economistas parecen tener una fe ciega en el pensar calculador desprovisto de sentimientos y valores éticos.
Un reciente artículo publicado por El Mercurio, en Santiago, Chile, comenta sobre la aparente predisposición de los economistas a confiar ciegamente en la razón fría y calculante. Al parecer palabras como belleza, alma o poesía son para ellos palabras vacías e inútiles. Tiene sentido que la economía, como ciencia ocupada con la gestion de los bienes materiales, pudiera alejarse pronto, no sólo de la Estética, pero también de la Ética. Hasta ahora, es claro que los mercados y sistemas económicos parecen sevir, exclusivamente, la ambición y avaricia de la que todos los serews humanos somos capaces.
