09 de noviembre del 2025
1 Reyes 17:1-6
SIENDO ALIMENTADOS DE FORMA INSÓLITA
“Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer”. 1 Reyes 17:4
¿Cree usted que Dios puede darnos un mensaje a través de un método inusual, como una canción “mundana”, por decir algo? Una hermana avanzaba en el auto rumbo a sus deberes diarios, encendió la radio, como de costumbre. No buscaba algo en particular, quizá solo compañía para el camino. Pero entre tantas emisoras y canciones al azar, algo inesperado sucedió: una melodía —no precisamente cristiana— la hizo detenerse, no en el tráfico, sino en su interior. En medio de su cansancio y ocupaciones, aquella canción le recordó que no estaba sola, que el Espíritu de Dios seguía con ella. Y entonces comprendió: a veces, Dios se manifiesta por caminos poco convencionales. Lo mismo le ocurrió a Elías. Cuando se encontraba escondido junto al arroyo de Querit, lejos del bullicio y del sustento humano, Dios lo alimentó a través de cuervos. Un método insólito. Aquellas aves eran consideradas impuras en la ley hebrea, y, sin embargo, fueron el instrumento divino para preservar la vida de su siervo. No fue el medio lo que importó, sino la fidelidad del Dios que lo proveyó. Dios sigue obrando así hoy. Puede usar lo impensable —una canción secular, una conversación casual, una circunstancia inesperada— para hablar, consolar o sostener. Cuando todo parezca inusual o fuera de lugar, pregúntate: ¿no será esta una manera en que Dios me está recordando su cuidado?
Señor, nos asombran las maneras en que te haces presente en nuestra vida. Gracias por llamarnos de vuelta a ti de formas únicas. Por el amor a Jesús. Amén.
Jesús dijo: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:26). Además de muchas otras cosas de la creación, como las rocas, los árboles, el agua y las flores del campo, Jesús nos hace un llamado a prestar atención a las aves para reflexionar y comprender mejor el amor y el cuidado que Dios tiene por nosotros. Dios ha hecho de las aves una parte hermosa de su creación. También son símbolos y ejemplos de su gran historia de redención, recordándonos la presencia de Dios y la paz que nos trae. En su gracia, Dios nos habla a través de su maravillosa creación para que podamos participar plenamente en sus promesas.
Julia Prins Vanderveen
Trabaja y vive en Vancouver, Columbia Británica, con su esposo, Trevor, y sus tres hijos. Julia ha trabajado junto con su esposo pastoreando una iglesia en Vancouver. También es capellán y profesora de humanidades en la Escuela Cristiana de Vancouver.