Deuteronomio 22:1-7
CUIDANDO DE LOS VULNERABLES
“Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos […] no tomarás la madre con los hijos”. Deuteronomio 22:6
En medio de un paseo por el campo, es común ver aves que cantan, vuelan en parvadas o cuidan de sus crías en frágiles nidos. Es una escena tierna, pero también vulnerable. Y sorprendentemente, Dios la tiene en cuenta en su ley.
Entre las muchas instrucciones del Antiguo Testamento para vivir con justicia y compasión, encontramos esta pequeña, pero significativa norma en Deuteronomio: si alguien hallaba un nido con huevos o polluelos, no debía tomar a la madre junto con ellos. Podía tomar los huevos o las crías, pero debía dejar a la madre libre. Esta ley no solo protegía el equilibrio natural, también enseñaba algo más profundo: la importancia de la misericordia, incluso en los detalles más pequeños.
En tiempos de necesidad, podría parecer razonable tomar todo. Pero la ley de Dios llamaba a la moderación, a pensar en el mañana, a actuar con compasión. Detrás de este mandato había una verdad: Dios es un Dios que cuida de toda su creación, y espera que su pueblo lo imite.
Jesús lo reafirmó siglos después al decir: “No temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos” (Mateo 10:31). Si Dios cuida de las aves, ¡cuánto más cuidará de ti! Hoy, recuerda que Dios no es indiferente a tu situación. Él te ve, te cuida y actúa a tu favor, incluso cuando todo parece frágil y expuesto, como un nido en la intemperie.
Gracias Padre, por protegernos en nuestra debilidad, y mostrarnos tu amor a través de tu cuidado. Ayúdanos a proteger a los vulnerables. En Jesucristo. Amén.