06 de noviembre del 2025
Levíticos 11:13-19
LA SANTIDAD NO ESTÁ EN EL PLATO
“Y de las aves, estas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación…”Levítico 11:13
Cada cultura tiene sus platillos preferidos. Lo que para algunos es un manjar, para otros puede ser impensable. Pero en el Israel del Antiguo Testamento, las reglas alimenticias no giraban en torno al gusto o la costumbre. Eran una manera de vivir en obediencia y santidad. Dios había establecido leyes claras: algunas aves y animales no debían comerse. Estas restricciones no eran arbitrarias; apuntaban a una distinción entre lo limpio y lo inmundo, entre la vida y la muerte, entre lo santo y lo común. A través de ellas, Dios moldeaba la identidad de su pueblo, llamándolo a una vida apartada y dedicada a Él. Pero en Cristo esto ha cambiado. En Hechos 10, Pedro tiene una visión en la que Dios le muestra toda clase de animales y le dice que puede comer. Pedro se resiste, pero Dios le responde: “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común” (Hechos 10:15). Esa visión no solo cambió su dieta; cambió su perspectiva. El mensaje era claro: el Evangelio debía llegar a todos, sin distinciones culturales o religiosas. Hoy, ya no vivimos bajo aquellas leyes alimenticias. Pero el llamado a la santidad sigue vigente. La diferencia es que ahora, nuestra vida entera está consagrada a Cristo. Él nos invita a vivir con propósito, a reflejar su amor en todo lo que hacemos, y a abrir nuestros brazos a quienes son diferentes a nosotros, sabiendo que en Jesús nadie queda excluido.
Señor, danos la sabiduría para vivir para ti. Enséñanos a amarte y a obedecer. En Jesucristo, Amén.
Jesús dijo: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:26). Además de muchas otras cosas de la creación, como las rocas, los árboles, el agua y las flores del campo, Jesús nos hace un llamado a prestar atención a las aves para reflexionar y comprender mejor el amor y el cuidado que Dios tiene por nosotros. Dios ha hecho de las aves una parte hermosa de su creación. También son símbolos y ejemplos de su gran historia de redención, recordándonos la presencia de Dios y la paz que nos trae. En su gracia, Dios nos habla a través de su maravillosa creación para que podamos participar plenamente en sus promesas.
Julia Prins Vanderveen
Trabaja y vive en Vancouver, Columbia Británica, con su esposo, Trevor, y sus tres hijos. Julia ha trabajado junto con su esposo pastoreando una iglesia en Vancouver. También es capellán y profesora de humanidades en la Escuela Cristiana de Vancouver.