Salmo 119:105-112
ESTUDIANDO LA PALABRA DE DIOS
“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”. Salmo 119:105
¿Alguna vez ha sentido que no sabe qué camino tomar? ¿Que está caminando en medio de la oscuridad de decisiones difíciles, dudas o dolor? El salmista conocía ese sentimiento. Por eso escribe con tanta convicción: “Tu Palabra es lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino”. No dice que la vida será fácil o libre de obstáculos, pero sí afirma que Dios no nos deja a ciegas.
Para las nuevas generaciones, con tantos adelantos, es común que se subestime el valor de la Biblia. Que se le vea como un deber más, una rutina religiosa. Pero cuando se atraviesa el tiempo de incertidumbre, y no sabemos para donde tomar, descubrimos que la Palabra de Dios no es solo información… es dirección. Cuando abrimos la Biblia con un corazón sincero, no solo encontramos principios, encontramos una Persona: a Dios mismo hablándonos. En ella descubrimos su carácter fiel, sus promesas inquebrantables y su guía para cada situación que enfrentamos.
El estudio de la Palabra no es solo para adquirir conocimiento. Es para alimentar nuestra fe, fortalecer nuestro andar, y renovar nuestra mente. Cuando nos acercamos a ella con humildad, el Espíritu Santo la usa para corregirnos y transformarnos. Hoy más que nunca, necesitamos esa luz. En un mundo lleno de ruido, confusión y caminos inciertos, la Biblia sigue siendo la lámpara que alumbra justo lo que necesitamos ver, paso a paso.
Señor, que tu Palabra sea mi guía y mi fortaleza. Háblame a través de ella y lléname de sabiduría. En Jesucristo, tu Hijo, amén.