Éxodo 20:1-17

EL SIGNIFICADO DEL SABBATH

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo”. Éxodo 20:8

Vivimos en una cultura que aplaude la agenda llena, el cansancio crónico y la velocidad como si fueran medallas de honor. El descanso ha pasado de ser una necesidad, a convertirse en un lujo. Algunos luchan por tenerlo, otros simplemente no saben qué hacer con él cuando finalmente llega. Pero en medio de este mundo acelerado, Dios nos recuerda algo sencillo y profundo, no como un capricho, sino como un mandamiento. "Acuérdate del día de reposo para santificarlo". Detrás de esa orden hay una invitación a confiar, a respirar, a reenfocar. El día de reposo no es solo una pausa física. Es un recordatorio de que no todo depende de ti. Que el mundo sigue girando, aunque no estés produciendo. Es Dios quien sostiene tu vida. Es su gracia la que te renueva. El Sabbath no es solo para “no hacer”, sino para reencontrarte con lo que más importa: Volver el corazón hacia Dios y celebrar su fidelidad. Cuando ignoramos el descanso, terminamos vacíos, incluso haciendo “cosas buenas”. Pero cuando lo abrazamos como Dios lo diseñó, nuestro ser entero se recalibra. Y entonces, sí… estamos listos para servir, crear, trabajar y amar desde la plenitud, no desde el agotamiento. Hoy, escuche esa suave voz que le dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Porque el descanso no es pereza ni evasión: es adoración.

Padre celestial, gracias por el don del descanso. Permítenos encontrar alegría y nuevas energías en ti. En el nombre de Jesús, Amén.