Marcos 6:30-44
FOMENTANDO EL CUIDADO PERSONAL
“Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer”. Marcos 6:31
Jesús conocía el ritmo frenético de la vida. Sabía lo que era el cansancio físico, la presión de las multitudes, y el peso del servicio ininterrumpido. Por eso, es bueno escuchar estas palabras suyas, dirigidas a sus discípulos: “Vengan… y descansen un poco”.
Qué importante es escuchar esto en un mundo que nos empuja a seguir, a producir, a no detenernos. Parece que siempre hay algo más por hacer, alguien más por atender, una lista interminable por completar. Pero Jesús, que entiende nuestras limitaciones mejor que nadie, nos invita a apartarnos, a hacer una pausa, a recuperar el aliento.
El cuidado personal no es egoísmo. Es obediencia. Es humildad. Es reconocer que no somos invencibles. Que tenemos límites. Que necesitamos restauración. Al cuidarnos, al descansar, al renovar fuerzas, no estamos escapando del llamado de Dios, sino preparándonos para seguirlo mejor. Incluso Jesús se apartaba para orar, para recobrar fuerzas, para estar con el Padre. ¿Por qué pensamos que nosotros podemos vivir sin esos momentos? A veces creemos que cuidarnos es un lujo… pero en realidad, es una forma de honrar a Dios con nuestro cuerpo y mente (1 Corintios 6:19). Es una manera de decir: “Señor, confío en que mientras descanso, Tú sigues obrando”. No es perder el tiempo.
Es prepararte para seguir adelante… con fuerzas renovadas, y con el corazón en paz.
Señor, enséñame a cuidar de mí mismo. Fortalece mi cuerpo, mi mente y mi fe para servir a otros. En el nombre de Jesús, Amén.