Proverbios 16:1-9
EL HOMBRE PROPONE, DIOS DISPONE
“El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos”. Proverbios 16:9
¿Alguna vez te has detenido a pensar qué lugar tiene Dios en tus decisiones diarias? No me refiero solo a las “grandes decisiones espirituales”, sino también a los planes, metas y deseos que forman parte de tu vida cotidiana: estudios, trabajo, relaciones, proyectos personales. ¿Realmente creemos que Dios se interesa en esas cosas, o lo relegamos a lo “religioso” y lo dejamos fuera de lo demás?
Este proverbio nos recuerda que está bien hacer planes, pero el rumbo final de nuestra vida está en manos de Dios. Planificar, soñar, proyectar… es parte de lo que significa haber sido creados a imagen de Dios. Pero también es parte de nuestra condición humana reconocer que nuestros planes, por bien intencionados que sean, son limitados, incompletos, y a veces… equivocados.
Por eso, necesitamos algo más que buenas ideas. Necesitamos traer nuestros planes al altar. Ofrecerlos en oración. Presentarlos delante de Dios, para que Él los corrija, los alinee, los purifique y los convierta en herramientas de su propósito eterno. Porque por más que algo nos parezca brillante o conveniente, solo Dios ve el corazón. Solo Él conoce las verdaderas intenciones. “Al hombre le parece bueno todo lo que hace, pero el Señor es quien juzga las intenciones” (Prov. 16:2 DHH). Así que no dejes de planear. Pero hazlo en diálogo con el cielo.
Señor, ayúdanos a aceptar los cambios con fe y valentía, sabiendo que tus planes son perfectos. Guía nuestros pasos y haz tu voluntad en nosotros. En Cristo Jesús, amén.