Eclesiastés 4:1-16
SOMOS UN CUERPO
“Mejores son dos que uno… Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”. Eclesiastés 4:9-10
Este pasaje nos recuerda que no fuimos creados para caminar solos: mejores son dos que uno. En un mundo que exalta la autosuficiencia y el “yo puedo solo”, la Palabra de Dios nos ofrece un camino distinto: el de la colaboración, el compañerismo y el apoyo mutuo. Trabajar en equipo, vivir en comunidad, caminar junto a otros… no solo es útil, es necesario. Cuando compartimos las cargas, se vuelven más livianas. Cuando un compañero cae, el otro extiende la mano. Cuando uno se debilita, el otro lo anima. Así es como crecemos: no aislados, sino en compañía.
La Biblia está llena de ejemplos de esta verdad. Moisés tuvo a Aarón y a Hur. Jesús envió a sus discípulos de dos en dos. Pablo siempre caminó con colaboradores: Timoteo, Silas, Priscila, Aquila. Dios ha elegido la comunidad como el entorno donde su pueblo madura y su obra avanza. Piensa por un momento: ¿Quiénes han sido esas personas que te levantaron cuando caíste? ¿A quiénes has acompañado tú en sus momentos de debilidad?
Trabajar con otros no siempre es fácil. Requiere humildad, paciencia y disposición para ceder. Hoy es un buen día para agradecer por quienes caminan contigo, y también para abrirte a nuevas oportunidades de servir, ayudar y construir algo más grande que tú mismo. Porque en Cristo, somos un cuerpo. Y en ese cuerpo, cada uno importa.
Padre, danos un espíritu de servicio y trabajo en equipo. Guíanos a seguir el ejemplo de tu Hijo Jesucristo en todo lo que hagamos. En su nombre oramos, Amén.