Mateo 5:1-16
APELLIDO FAMILIAR
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:16
Cuando formas parte de una familia, representas algo más que tu propio nombre. Tal vez te ha pasado que alguien hace una observación como: “¡Claro que eres hijo de fulano, se nota!”. O que tus acciones llevan a otros a hacerse una idea —buena o mala— de tu familia. A veces, sin querer, somos el reflejo de quienes nos formaron.
Lo mismo ocurre con nuestra identidad espiritual. Como hijos de Dios, también representamos a nuestra familia celestial. Querámoslo o no, otras personas formarán una opinión sobre Dios —nuestro Padre— según lo que ven en nosotros: nuestras palabras, nuestras actitudes, la manera en que tratamos a los demás. Somos una especie de “ventana” por la que el mundo mira y dice: “¿Así es el Dios en quien creen?”
Jesús fue muy claro: debemos dejar que nuestra luz brille en medio de la oscuridad (Mateo 5:16). No por vanagloria, sino para que otros vean nuestras buenas obras y glorifiquen al Padre. Si eres cristiano, llevas el nombre de Cristo contigo. Y eso no es poca cosa. La Biblia nos llama “embajadores de Cristo” (2 Corintios 5:20), personas que representan a Jesús en la tierra. Así que, la próxima vez que te encuentres con alguien —en casa, en el trabajo, en la calle— recuerda: estás representando a una familia: La del Rey. ¡Llevemos con gozo y responsabilidad el nombre de Jesús dondequiera que vayamos!
Señor, danos fuerza y sabiduría para vivir con integridad por tu causa y llevar tu nombre a donde vayamos. Que ser cristianos nos distinga en este mundo. En el nombre de Jesús, Amén.