Romanos 8:28-39
LO QUE TODO CREYENTE DEBE SABER
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Romanos 8:28
No somos una casualidad. Es cierto que hay momentos en los que todo parece desconectado. La vida a veces se siente como una mezcla de piezas sin sentido: dolores que no esperábamos, puertas que se cierran, relaciones cercanas difíciles de restaurar. Pero si eres hijo de Dios, nada en tu vida ocurre al azar.
No eres un accidente ni una pieza suelta en un universo sin rumbo. Dios te tiene en su mirada desde la eternidad. Aun cuando no entiendas lo que pasa, puedes tener la certeza de que todo —sí, todo— está siendo usado para tu bien. Eso incluye lo bueno, lo malo y hasta lo que no tiene explicación hoy. ¿Creyentes que sufren menosprecio debido a su fe? ¿Leyes que atentan contra los designios de Dios para la humanidad? ¿Congregaciones que padecen persecución injustamente? No hay nada que tome por sorpresa a Dios.
¿Y cómo podemos estar seguros de eso? Porque hemos sido llamados por Dios con un propósito. No es un plan improvisado. No es que Dios esté tratando de arreglar lo que salió mal. Él siempre ha tenido un diseño, y parte de ese diseño es que llegues a parecerte cada vez más a Jesús. Un día veremos todo con claridad. Mientras tanto, camina con confianza. Dios no improvisa. Y en su amor, ha prometido llevarte hasta el final. No eres una casualidad. Eres parte de un plan eterno y lleno de gloria.
Padre eterno, gracias porque mi vida no está sujeta al azar ni al caos. Aun cuando no entiendo lo que ocurre, sé que Tú estás obrando con propósito y amor. En Cristo, Amén.