Romanos 8:18-27
GLORIOSA LIBERTAD
“Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con la gloria que habremos de ver después”. Romanos 8:18-27
Romanos 8:18 DHH
¿Alguna vez has sentido que el peso de la vida es demasiado? Todos atravesamos momentos difíciles —pérdidas, fracasos, decepciones— que nos hacen pensar que el sufrimiento es lo único que hay. Pero Pablo nos recuerda algo poderoso: lo que estamos viviendo hoy no se compara con la gloria que Dios tiene preparada para sus hijos.
En el mismo capítulo, Pablo habla de “la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. Y es justamente eso lo que nos sostiene: no somos prisioneros de este mundo ni de nuestro pasado. Somos hijos de un Padre que nos ha liberado de la condenación del pecado, y que ha prometido un futuro lleno de gozo, justicia y plenitud.
Esa libertad no significa hacer lo que queramos sin consecuencias. Significa que, por la obra del Espíritu en nosotros, nuestro corazón ahora desea lo que agrada al Padre. Podemos vivir sin miedo, sin culpa, sin cadenas… porque hemos sido transformados desde dentro. La verdadera libertad es poder ser quien fuimos creados para ser: hijos amados, redimidos y guiados por Dios. ¿Te das cuenta de lo que eso significa? No estamos solos en este camino. Somos parte de una familia. Hemos sido perdonados, restaurados y llamados a vivir para algo mucho más grande que nosotros. Esa es la gloriosa libertad de los hijos de Dios: vivir hoy con esperanza, y caminar hacia una gloria eterna.
Te alabamos, oh Dios, por la redención y la libertad de nuestras almas. Ayúdanos a ser como Cristo al servirte a ti y a los demás. En el nombre de Jesús, Amén.