Salmo 30:1-5
LAS LÁGRIMAS NO DURAN PARA SIEMPRE
“Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría”.
Salmo 30:5
Puede que este no sea tu mejor momento. Quizá enfrentas una prueba difícil, una pérdida, una enfermedad o una decepción. Tal vez sientes que la noche de tu vida es más larga de lo que puedes soportar. Pero si hay algo que todos sabemos es que nadie atraviesa esta vida sin batallas.
Sin embargo, este salmo nos recuerda algo poderoso: el dolor no es eterno, pero la fidelidad de Dios sí lo es. La tristeza puede visitarnos, pero no tiene la última palabra. Dios es experto en transformar el lamento en gozo, el duelo en danza, la desesperanza en un nuevo comienzo. El salmista habla desde la experiencia. Ha visto la mano de Dios obrando en su vida una y otra vez. Y así como Dios fue fiel con él, también lo será contigo.
Tu noche puede parecer interminable, pero la mañana siempre llega. Tal vez ahora no veas la salida, pero sigue orando, sigue esperando, porque Dios tiene el poder de transformar las lágrimas en alegría y renovar tu corazón con nuevas fuerzas. Por más oscura que parezca la tormenta, Dios sigue siendo tu refugio y tu esperanza. Confía en que su luz disipará la oscuridad y que la alegría volverá a llenar tu vida. Y cuando veas cómo Dios ha obrado en tu historia, alábale sin reservas y testifica de su fidelidad. Porque eso es lo que hacen los que han probado su gracia: proclaman su nombre y cuentan al mundo lo que Él ha hecho.
Oh Dios, enjuga toda lágrima que sale de mis ojos; mi confianza está en ti y en tus promesas. En Cristo Jesús, Amén.