12 de agosto del 2025
Daniel 6:1-28
NUESTRO DIOS ESTÁ POR ENCIMA DE TODO
“Ordeno y mando que en todo mi imperio se respete y reverencie al Dios de Daniel”. Daniel 6:26
Imagínate estar rodeado de leones hambrientos en una cueva oscura, sin escapatoria. La sentencia está dictada y todo parece perdido. ¿Qué harías? Esto no es solo una historia, sino una realidad que vivió Daniel, un hombre cuya fidelidad a Dios lo llevó a enfrentar la muerte en un foso de leones. El rey Darío, engañado por sus consejeros, decretó que durante treinta días nadie podría presentar peticiones ni adorar a otro dios, excepto a él. Daniel no se dejó intimidar y continuó orando tres veces al día, como siempre lo había hecho. Sus enemigos lo denunciaron, y aunque el rey lo apreciaba, no tuvo otra opción que enviarlo al foso. Antes de hacerlo, le dijo con esperanza: "¡Que tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad, te salve!" (Daniel 6:16). A la mañana siguiente, el rey corrió al foso y encontró a Daniel ileso. Dios había enviado a sus ángeles para cerrar la boca de los leones. Impactado, Darío reconoció el poder del Dios de Daniel y proclamó un decreto en todo su imperio: "Porque Él es el Dios viviente y permanece para siempre" (Daniel 6:26). Quizás no enfrentas leones literales, pero sí pruebas, temores o presiones que desafían tu fe. ¿Seguirás confiando en Dios, como lo hizo Daniel? No hay otro Dios que pueda salvar, escuchar y ayudar como el Dios viviente. Pero Él también espera obediencia y fidelidad de nuestra parte.
Oh, Dios bendito. Que mis enemigos caigan y perezcan cada que intenten alejarme de ti. Y que todos te reconozcan como el Dios verdadero y poderoso que eres. En Jesucristo. Amén.
A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre siempre ha conocido, buscado y necesitado el poder mayor que proviene de Dios. Sin embargo, las filosofías modernas, o no tan modernas, han introducido en la mente humana el concepto de dioses y deidades, a quienes pueden acudir en busca de ayuda en un momento de desesperación. Como cristianos, tenemos el deber, la obligación y el compromiso de proclamar que sólo en Dios podemos alcanzar el éxito en nuestras vidas, planes y deseos. Sólo bajo el poder de Dios podremos completar nuestro camino, pues es de quien dependemos. Dios es bueno todo el tiempo y está dispuesto a ayudarnos… Está a solo una oración de corazón, busquémosle juntos. ¡Feliz lectura!
Edison Souza
Periodista y presbítero en La Iglesia Presbiteriana de Campinas, São Paulo, Brasil.