19 de diciembre del 2025
Isaías 28:14-22
SOBRE ESTA PIEDRA
“Voy a poner en Sión una piedra, una piedra escogida y muy valiosa, que será la piedra principal y servirá de fundamento. El que tenga confianza, podrá estar tranquilo”. Isaías 28:16
Qué hermoso es contar con un punto firme. En medio de discursos cambiantes, ideologías frágiles y promesas incumplidas, necesitamos algo —mejor dicho, Alguien— que permanezca. En tiempos antiguos, la “piedra principal” o “piedra angular” aseguraba la alineación y estabilidad de toda la construcción. Si esa piedra fallaba, todo lo demás se venía abajo. ¿Quién es esa piedra para el pueblo de Dios? El Nuevo Testamento es claro. Pedro —cuyo propio nombre evoca roca— señala que Cristo es la “piedra viva”, escogida por Dios y preciosa (1 Pedro 2:4-6). Pablo también afirma que la iglesia está edificada “sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular” (Efesios 2:20). No hay duda: Jesús es el fundamento seguro. Isaías pronuncia esta promesa en un contexto donde el pueblo buscaba refugios falsos —alianzas políticas, pactos ventajosos, ilusiones religiosas. Dios responde: “Yo pongo la piedra. Confía en ella… y estarás tranquilo.” Hoy no es tan distinto: nos apoyamos en economía, reputación, emociones, tecnología. Pero nada de eso sostiene el peso eterno del alma. Descansar en Cristo significa construir la vida sobre lo que no se mueve. ¿Estás listo para descansar en Él? No necesitas traer credenciales, solo confianza. Acércate a la Piedra escogida. Rinde tus miedos, tu vida y edifica sobre Cristo.
Señor Jesús, Piedra viva y fundamento seguro, renuncio a construir sobre arena. Que todo lo que soy se apoye en ti, mi roca eterna. Amén.
Cada vez que abrimos el Nuevo Testamento, lo primero que encontramos son los evangelios. Y tiene mucho sentido, porque allí se nos narra la venida, vida, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, mucho antes de que Él apareciera en la historia, ya había una voz que anunciaba con claridad sorprendente los eventos que estaban por venir. Esa voz fue la del profeta Isaías. Por eso, no es de extrañar que muchos se refieran al libro de Isaías como “el quinto evangelio”. En sus páginas encontramos no solo advertencias de juicio, sino también promesas de restauración, consuelo y esperanza. Isaías no solo anticipó el sufrimiento del pueblo en el exilio, sino también la venida del Mesías, su nacimiento virginal, su ministerio, su pasión y su gloria. En este tiempo del año, cuando el mensaje de la venida de Cristo se escucha por todas partes, te invitamos a detenerte y dejar que las palabras de Isaías hablen a tu corazón. Que su mensaje sea para ti, no solo poesía antigua, sino buenas nuevas vivas, que alientan, consuelan y apuntan con poder a Jesús, nuestro Salvador.
Huascar de la Cruz
Es casado y tiene 4 hijos. Ha sido pastor en México por largo tiempo, y en la actualidad funge como director de Ministerio Reforma.