Salmo 42:1-11
MI ESPERANZA ESTÁ EN DIOS
"¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador!". Salmo 42:11
En la vida, todos enfrentamos momentos de desánimo. Hay días en los que la carga parece demasiado pesada, donde el agotamiento y la frustración amenazan con derribarnos. Sin embargo, en esos momentos, tenemos un refugio seguro: podemos acudir a Dios, apoyarnos en Él y encontrar esperanza en sus promesas y en su amor inagotable.
El desánimo puede venir de muchas fuentes: desilusiones, fracasos, dificultades inesperadas. Pero, sin importar cuál sea la causa, siempre tenemos la opción de depositar nuestra confianza en Dios. Él es nuestro refugio y fortaleza, nuestro sustento en cada etapa de la vida. Cuando las circunstancias parecen abrumarnos, su Palabra nos recuerda su fidelidad y su poder para sostenernos. Sus promesas nos dan esperanza y nos aseguran que nunca estamos solos.
Cuando nuestra esperanza está anclada en Dios, nuestra perspectiva cambia. En lugar de enfocarnos en la dificultad del momento, comenzamos a ver más allá y a fijar nuestros ojos en la fidelidad inmutable de nuestro Padre celestial. En Él encontramos la fuerza para seguir adelante, porque su gracia es suficiente aun en nuestra debilidad. Si hoy te sientes desanimado, acude a Dios en oración. Ábrele tu corazón y escucha su voz que te consuela y fortalece. Confía en que su tiempo y sus propósitos son perfectos. Y con seguridad, proclama: "Mi esperanza está en Dios".
Oh Dios, cuando estemos turbados, permítenos encontrar esperanza, paz y fortaleza en ti. Mantennos confiados en ti y en tu gracia. En el nombre de Jesús, amén.