06 de mayo del 2025
Filipenses 4:1-9
EL FRUTO DEL ESPÍRITU SANTO ES ALEGRÍA
"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca".Filipenses 4:4-5
¡Que emocionantes son los fines de curso! Cuando terminan las clases y los exámenes quedan atrás, el estrés acumulado durante semanas se disipa y es fácil notar las caras sonrientes por todas partes. En muchas situaciones, la liberación del estrés puede provocar sonrisas y alegría, y, por supuesto, momentos de celebración. ¿Te sorprendería saber que una de las instrucciones más repetidas en la Biblia es "sé feliz"? Aunque tal vez no siempre encontremos la palabra "feliz" en sus páginas, al considerar términos como "regocijarse", "estar gozosos" y "alegrarse", nos damos cuenta de que este mandato aparece con gran frecuencia en las Escrituras. Incluso el famoso título de una canción de otra época, "No te preocupes, sé feliz", parece reflejar este principio que Dios nos enseña. Lo más asombroso es que Dios no solo nos llama a vivir con alegría, sino que Él mismo es quien la produce en nosotros a través de su Espíritu. Y lo hace no solo cuando todo marcha bien, sino también en medio de las pruebas. Un ejemplo poderoso de esto se encuentra en Hechos 16:25-34, cuando Pablo y Silas, a pesar de estar encarcelados y encadenados, pudieron cantar con gozo. Quienes caminan guiados por el Espíritu pueden encontrar alegría en cualquier circunstancia, porque no depende de lo que sucede alrededor, sino de la confianza en Aquel que da paz y gozo verdaderos.
Espíritu Santo, te agradecemos por llamarnos a estar siempre alegres en el Señor, y por producir esa alegría en nuestras vidas con tu presencia. En el nombre de Jesús. Amén.
Jesús llama a sus seguidores a dar frutos espirituales. En cierto modo, dice, que podemos hacerlo como una vid cuidada con esmero da fruto para un jardinero, y esto será para gloria de su Padre. Como los sarmientos de una vid, no podemos dar fruto por nosotros mismos, pero si permanecemos unidos a Él, su vida permanecerá en nosotros y seguiremos dando fruto (Juan 15:1-8). Este mes nos centraremos en los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Por medio del Espíritu Santo, que nos mantiene conectados al amor vivificante de Cristo, podemos producir frutos que glorifican a Dios de todas las maneras posibles, y en una abundancia que no podríamos imaginar. Y a medida que nuestras vidas se vuelven más fructíferas, somos atraídos a una comunión más dulce con nuestro asombroso y trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
George Koopmans
George Koopmans es capellán en el Medicine Hat College en Alberta. Fue pastor de una congregación en Minnesota (Luverne) y otra en Medicine Hat. George y su esposa, Emily, tienen cuatro hijas adultas y tres nietos.