05 de mayo del 2025
Mateo 5:38-48
AMÉNSE UNOS A OTROS
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen...".Mateo 5:43-44
Qué hermoso es ver gente de trasfondo diverso que adoran juntos al Señor. Sus diferencias quedan a un lado porque hay algo que los une poderosamente: su amor por Dios y por los demás. Cuando veo un grupo así de unido me vienen a la mente las palabras de Apocalipsis 7:9 sobre la gran multitud en el cielo "de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas". Pero sabemos que el mundo en el que vivimos es muy distinto a las mejores expresiones de hermandad y armonía. Las divisiones están por todas partes: políticas, económicas, religiosas, culturales y raciales. Es más fácil separar a las personas en categorías de "nosotros" y "ellos", amar a los que se parecen a nosotros y evitar a quienes son diferentes. Sin embargo, Jesús nos llama a un estándar mucho más alto: amar incluso a nuestros enemigos. Y eso no significa solo a los que nos han hecho daño, sino también a aquellos con quienes no estamos de acuerdo, los que nos resultan difíciles de entender o los que simplemente son distintos a nosotros. No es algo que podamos hacer por nuestra cuenta, pero con el poder del Espíritu Santo, podemos aprender a ver a las personas como Dios las ve. Cuando elegimos amar sin distinciones, estamos mostrando un pequeño adelanto del futuro que Dios ha preparado: un mundo donde todas las naciones y culturas estarán unidas en su amor.
Señor Jesús, gracias por morir por nosotros a pesar de ser tus enemigos. Ayúdanos a amar a quienes nos hacen daño y a compartir tu amor con ellos. Amén.
Jesús llama a sus seguidores a dar frutos espirituales. En cierto modo, dice, que podemos hacerlo como una vid cuidada con esmero da fruto para un jardinero, y esto será para gloria de su Padre. Como los sarmientos de una vid, no podemos dar fruto por nosotros mismos, pero si permanecemos unidos a Él, su vida permanecerá en nosotros y seguiremos dando fruto (Juan 15:1-8). Este mes nos centraremos en los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Por medio del Espíritu Santo, que nos mantiene conectados al amor vivificante de Cristo, podemos producir frutos que glorifican a Dios de todas las maneras posibles, y en una abundancia que no podríamos imaginar. Y a medida que nuestras vidas se vuelven más fructíferas, somos atraídos a una comunión más dulce con nuestro asombroso y trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
George Koopmans
George Koopmans es capellán en el Medicine Hat College en Alberta. Fue pastor de una congregación en Minnesota (Luverne) y otra en Medicine Hat. George y su esposa, Emily, tienen cuatro hijas adultas y tres nietos.